Son las nueve de la mañana de nuestro primer día en bici. Llueve a cantaros. En la tienda parece que llueve aún más fuerte. Desde dentro de la tienda y con el miniportatil consultamos la meteo y no nos da demasiadas espereanzas, pero es que... tenemos que llegar hoy por lo menos a Sauveterre du Guyenne, sino nos costará otro día más conectar con el canal, y no queremos empezar con mal pie.
Esperamos un poco y de repente para. Aquí parece que la cosa funciona así: Pasa una nube y descarga, luego un ratito de sol y de nuevo el ciclo . . . lo mismo es cuestión de acostumbrarse...
A las 10 parece que para la cosa un poco más en serio. Unos vamos recogiendo sacos, esterillas y alforjas mientras otros preparan el desayuno : nuestros primeros croissants franceses: que ricos!
El primer día de bici es un poco caos . . y aunque todas las alforjas vienen casi preparadas desde Ronda, siempre hay cosas de ultima hora, repartir la comida, retocar la vestimenta, recolocar algún sillín . . en fin . . decidimos salir y arriesgarnos.... ni siquiera nos da tiempo a salir del camping cuando cae otra tromba de agua.
Desde la casetita de recepción vemos como llueve otra vez a cantaros. Hemos avanzado 30 metros desde la tienda. No estamos acostumbrados a que esto ocurra en Julio.
Pero como siempre al poco escampa y allá vamos de nuevo. Paciencia y constancia son buenas compañeras para este viaje.
Unos kilometros de carretera con algo de tráfico (un poco estresante la verdad) y por fin la Via Verde Roger Lapebie.
Todos gritamos y aceleramos el paso sin querer. Por fin, pedaleando a nuestro aire, contentos y relajados . . y por un sitio alucinante.
Los bosques frondosos se alternan con los viñedos de Burdeos. El paisaje repleto de viñedos que se pierden en el horizonte hipnotiza. Casi podemos tocar las viñas con nuestras manos.
Paradita técnica a los 12 km, fruta, descanso y seguimos.
A ratos nos resguardamos de los chaparrones en los bosques, que son perfectos para eso. Ya que forman un tunel de vegetación espeso que no deja pasar ni el agua.
Llegamos sin dejar la increible via verde a Sauveterre du Guyenne, nuestro destino para hoy. Aquí no hay camping, pero seguro que algo encontraremos. Oficina de turismo con los niños mojados y con cara de cansados . . no falla. El chico baja la voz y nos indica que en los alrededores del campo de futbol podemos acampar una noche de estranjis.
Vamos allí, donde nos espera una campa de cesped perfecta, con un parque infanttil a 10 metros, servicios publicos abiertos, un punto de agua, pistas de petanca y un tejado cubierto con barbacoa libre, donde haremos la cena . . .el destino proveerá dijo aquel . . .
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